De una forma muy simplificada, podríamos decir que la Industria 4.0 consiste en dar vida y hacer inteligente a las máquinas ya existentes en la industria.
El concepto de Industria 4.0 expresa la idea que el mundo se encuentra en los prolegómenos de lo que podría llamarse Cuarta Revolución Industrial (o sea, en una fecha próxima a un hito importante en el desarrollo industrial, que justifique decir que se ha iniciado una nueva fase o una nueva etapa).
Después del desarrollo de la máquina de vapor y de la mecanización (segunda mitad del siglo XVIII), después del desarrollo de la electricidad con fines domésticos e industriales (fin del siglo XIX), y después de la automatización (siglo XX), la nueva etapa (cuarta etapa) de la transformación industrial muy posiblemente estará sustentada en la llamada fábrica inteligente, caracterizada por la interconexión de máquinas y de sistemas en el propio emplazamiento de producción, y también caracterizada por un fluido intercambio de información con el exterior (con el nivel de oferta y demanda de los mercados, y/o con los clientes, y/o los competidores, y/o con otras fábricas inteligentes, etc).
Este concepto de nueva estructuración industrial o Industria 4.0, fue manejado por primera vez en la Feria de Hanover (salón de la tecnología industrial) en el año 2011. Y en la misma feria pero en el año 2013, un pormenorizado informe detallando este concepto y sus implicaciones, también fue presentado y defendido por un selecto grupo de trabajo e investigación.
Las industrias se organizan actualmente a partir de herramientas de gestión de la producción que no están optimizadas. Los procesos son rígidos, complejos y poco flexibles y no hay un control de la información necesaria para mejorar la estructura de producción.
Ante esta situación se presenta como un desafío el desarrollo de las fábricas inteligentes.
La gestión de los datos en las plantas es el nuevo reto al que se enfrentará la industria. Las plantas serán más eficientes si conocen mejor sus procesos de producción.
De esta forma, podrán adaptarse mejor a las necesidades de producción, asignar de una forma más eficaz los recursos, flexibilizar la fabricación, minimizar los stocks y ahorrar en costes.
La industria 4.0 hace que el hardware deje de producir sin saber por qué o para qué y comience a interactuar con las máquinas de alrededor y a generar información relevante para los departamentos de ventas, contabilidad o marketing.
La industria 4.0 cierra el ciclo de producción y nos permite conocer la trazabilidad de cada producto que se fabrique en nuestra empresa con todas las ventajas que ello conlleva.
¿Está nuestro sector preparado para la industria 4.0?
Rotundamente sí. Las imprentas de cuéntame han quedado obsoletas y están ya lejos de la realidad. En el siglo XXI las empresas del sector gráfico, obviamente no todas, son absolutos centros tecnológicos.
Actualmente la ventaja competitiva no se encuentra en las máquinas de impresión sino en los sistemas integrados en las mismas capaces de digitalizar los procesos y de generar información clave para conocer la trazabilidad de cada producto.
Según IHS, “El desafío de esta cuarta revolución industrial es el desarrollo de software y sistemas de análisis capaces de analizar el diluvio de datos producidos en las fábricas inteligentes convirtiéndolos en información de valor para todos los departamentos de la empresa y el mercado”.
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