La impresión flexográfica ha evolucionado para igualar y superar procesos de impresión como el offset y el huecograbado, y se a convertido en un proceso de impresión preponderante en la actualidad de la industria del empaque. El punto digital demostró ser enormemente beneficioso para la flexografía. Fue capaz de incrementar la resolución en trabajos de gráficos y altas luces con mejoras en los dorsos y un mayor rango tonal.
En la prensa las planchas digitales produjeron altas luces más limpias, sombras más abiertas, menor ganancia de punto y mayor latitud que sus antecesoras planchas analógicas. Esto fue realmente un salto en la calidad para la impresión flexográfica. De igual o quizás mayor importancia aún fue la consistencia que trajeron las planchas digitales a la flexografía.
El grabado uniforme del CDI y la eliminación de las variables asociadas al film y al vacío, resultaron en una remarcable consistencia en el procesamiento y en la desempeño de las planchas en la prensa. De trabajo a trabajo, de tiraje a tiraje y a lo largo de un tiraje extenso, las planchas digitales demostraron una consistencia, repetibilidad y calidad que le permitió a la flexografía nivelarse al mismo campo de juego del offset y el huecograbado.
Hoy, el flujo de trabajo digital completo y el punto digital fueron adoptados dentro de todos los segmentos de empaques flexográficos.
La conversión de analógico a digital está cerca de ser completa en todo el mundo. Como evidencia de ello, 2014 fue el año de mayores ventas de nuevos equipos CDI.
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